18/9/09

NO ME AGRADAN LOS GATOS


Es verdad, estos animales me producen cierto rechazo pulsional; así parecería que no podría convivir con uno o varios de ellos (la sola idea es espeluznante), simplemente porque, y permítaseme expresar mi criterio o teoría, “los polos opuestos se repelen”.

En otras palabras o para explicarlo, podría suponer que estos animalitos y yo tenemos las mismas tendencias (así, lo de opuesto = atracción se re-polariza y lógicamente se invierten; es decir, se repelen): independientes, organizados, inodoros (solamente cuando voy al sauna agarro cierto tufillo a eucalipto), territoriales con el espacio y con lo que nos rodea, terrible carácter, indolencia por lo demás que no competa o interese, letal y farsante.

Si soy así (por lo menos esa es mi teoría), para qué necesito alguien más que sea mi constante reflejo o que compita conmigo, si se sabe bien que no hay victoria en ese nivel, porque uno ya se sabe ganador desde el principio, suceda lo que suceda.

Finalmente, con farsante me refiero a “ser diplomático”, algo que debería ser aprendido mirando el comportamiento de los mininos… tal vez en ese afloje yo un poquillo, pero cuando se me da por serlo, diplomático me refiero, sí me sale, créanlo.


A propósito, y me faltaba el detalle, los dos personajes tienen el mismo color de ojos; qué coincidencia.

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