Los amores contrariados por la miseria y la distancia son como los amores de marinero, son irrefutables y logrados. Cuando no se tiene ocasión de verse con frecuencia, no se puede regañar y eso es ya una gran ventaja. Como la vida no es sino un delirio atestado de mentiras, cuanto más lejos estás, más mentiras puedes añadir y más contento estás entonces, es lógico y normal. La verdad no hay quien la trague.
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