2014
„Er strich langsam und
tief aufatmend, mit der Hand über Stirn und Augen, entzündete mechanisch eine neue
Cigarette, obgleich er wußte, daß es ihm
schadete, und fuhr fort, durch den rauch ins Dunkel zu blicken...
In zwei länglichen
Einbuchtungen von den zarten Schläfen zurücktretend, einen schmalen Scheitel
bildete und über den Ohren nicht mehr lang und gekraust, wie einst, sondern
sehr kurz gehalten war, damit man nicht sähe, daß es an dieser Stelle ergraute...“
Casi 850 páginas (841 para ser exacto) de una gran novela de
Thomas Mann. La historia de una familia que va disolviéndose a través del
tiempo. Así era el destino de las personas, antes. Ahora, ahora hay
descendencia que migra y sostiene el nombre, ya no de los Buddenbrooks, sino de otro. Debe ser como los años que pasan, y se
trata de perpetuar la línea (por no decir dinastía), las costumbres,
tradiciones, la juventud y la fortaleza de los años mejores. Un año más; pero
en verdad, ¿nos sentimos relacionados con los objetos y las situaciones que
pasan, que nos rebasan?
Pienso que sí. Nosotros hacemos y construimos aquéllos. No
existe el destino y la fortuna. Los formamos nosotros, los inventamos en las
circunstancias más difíciles, y en otras más felices. Bienvenido 2014. El
tiempo pasa de acuerdo al sentido y ritmo que mantenemos. Me alegro ya de ver a
algunos de ustedes y marcar en las nuevas hojas de un calendario, la fecha del encuentro.