25/12/15

INFORME A LA ACADEMIA LI













No me esperen en abril, 1995.

Qué se puede decir al final de año, de 2015, que no sean las palabras de un redescubierto, por mí en Lima, como el señor Bryce Echenique?

Nada más que seguir su onda definitiva. Y esa onda va por todo lo que debo a cada uno de vosotros, desde la impertinencia tolerable hasta la estupidez, mía por supuesto, desencadenada por una marea incomprensible y momentánea que no puedo definir ni establecer desde el sentido más lógico, si fuese posible.

Gracias a todos por estar en ese preciso momento, incalculable por cierto, de nitidez donde trato de definirme al tiempo que propongo vuestra posición. Y eso que dice Alfredo, de “entender hasta lo que uno no entiende” hace de vosotros, los que han acompañado esta vida por periodo tan corto, definitivamente únicos.

Una cuestión final, mis disculpas a Paúl por acción más tonta que nunca podría repetirse.

Súper 2016.

JC

27/6/15

INFORME A LA ACADEMIA L



INFORME A LA ACADEMIA L



Dónde andarán mi casa y su lugar
mi carro de jugar, mi calle de correr.

Cuánto gané, cuánto perdí, (1986)

Para Alberto Esteban.
Pablo Milanés



Dónde andarán esas primeras mujeres que conocí, que me arroparon. Dónde más que en mi corazón, en mi cerebro; no han partido, se quedarán en mí hasta que yo vaya definitivamente. ¿Y las otras? Ahí mismo, conmigo, siempre de compañía, llevándolas muy dentro de mí. Pero la canción, que la escuché una sola vez a mediados de los 80’s, refería a esa infancia, a esos camaradas de aventuras y travesuras. Mi hermano, él, que me vio partir un día sin adiós, a quien le metí un tiro por accidente, verlo ir al hospital con su novia. No. Qué días. Parecería que se rompió todo lo nuestro. Nuestras correrías y desenfrenos de la juventud. De todos modos, lo recuerdo, hoy, en este momento como ayer; como si todavía a los catorce trepáramos por los andamios de la Basílica, nos metiéramos por los techos y las torres. Dormimos un par de veces en la cripta. Nos íbamos de juerga juvenil por los claustros y naves de iglesia, recorrimos todo el centro buscando patios y columnas. Nos metimos en mil problemas, y de todos ellos, lo saqué sin más fuerza que la de saber que era mi hermano.

Hago honor al Informe. Lo he escrito mucho antes, por cualquier cosa, por cualquier situación que no pudiese prever; sin embargo, hay un albacea que, en cualquier caso, definirá lo mejor que se pueda con estas notas, con todas aquellas extensas o cortas notas que alberga la memoria de medio tera, con los documentos que yacen donde el notario, con los bienes. Lo único que queda después de la partida. Y eso mismo, eso que ocupa un espacio, un lugar y que nadie quiere cargar con la responsabilidad de dividirlo para los demás. Lo que queda, de verdad, no ocupa mucho espacio y en serio que no hay que romperse la cabeza con vanas preguntas y divergencias estrambóticas para su reparto.

Como dijo Kafka en su momento, todo deberás quemarlo, nada debe sobrevivir después de mi partida; lo he parafraseado, nada tengo yo que llegue al nivel de Juan Pablo en cuestiones de reproducir un texto fielmente.

Juan Carlos.




INFORME A LA ACADEMIA XLVIII



INFORME A LA ACADEMIA XLVIII



ANNO 2015 DESDE LA PERSPECTIVA DE CINCO MESES PASADOS



Cuando esperaba definitivamente un cambio de timón para este año, no tenía en cuenta que hubiese sido posible. Cosas nimias, cosas importantes, verdaderos cambios se han producido desde la noche última de año 2014, es decir, desde la noche cuando si mueres finalmente ese día, debes servir el próximo año a quién sabe quién; sí lo sé, pero no recuerdo en este momento el nombre.



De todos modos, miro este 2015 desde finales de mayo y pienso que ha habido cosas muy interesantes. Lo pertinente en este caso sería decir que tengo un contrato que inicié en enero en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; nunca lo esperé y fue solamente como un albur que tomé para jugar todo a un solo número. Dicen que existe la suerte; para mí, desgraciadamente existe el camino largo –como dicen en la costa ecuatoriana–, “si quiere ir a ese pueblo, debe tomar un largo camino”; por supuesto, ese pueblo al que uno desea llegar se llama Vuelta Larga.



Y hay otras cosas, pertinentes o no, que disponen cierta relajación y por qué no decir cierta intensidad que se pueden conducir, que pueden llevar a otras bifurcaciones donde ya no existe, por lo menos en este momento, una tensión definida sino solamente la mera inconciencia que hace tomar un rumbo casi indefinido pero que pretende, de cierta manera, llamar para que continúe el caminante.