27/6/15

INFORME A LA ACADEMIA L



INFORME A LA ACADEMIA L



Dónde andarán mi casa y su lugar
mi carro de jugar, mi calle de correr.

Cuánto gané, cuánto perdí, (1986)

Para Alberto Esteban.
Pablo Milanés



Dónde andarán esas primeras mujeres que conocí, que me arroparon. Dónde más que en mi corazón, en mi cerebro; no han partido, se quedarán en mí hasta que yo vaya definitivamente. ¿Y las otras? Ahí mismo, conmigo, siempre de compañía, llevándolas muy dentro de mí. Pero la canción, que la escuché una sola vez a mediados de los 80’s, refería a esa infancia, a esos camaradas de aventuras y travesuras. Mi hermano, él, que me vio partir un día sin adiós, a quien le metí un tiro por accidente, verlo ir al hospital con su novia. No. Qué días. Parecería que se rompió todo lo nuestro. Nuestras correrías y desenfrenos de la juventud. De todos modos, lo recuerdo, hoy, en este momento como ayer; como si todavía a los catorce trepáramos por los andamios de la Basílica, nos metiéramos por los techos y las torres. Dormimos un par de veces en la cripta. Nos íbamos de juerga juvenil por los claustros y naves de iglesia, recorrimos todo el centro buscando patios y columnas. Nos metimos en mil problemas, y de todos ellos, lo saqué sin más fuerza que la de saber que era mi hermano.

Hago honor al Informe. Lo he escrito mucho antes, por cualquier cosa, por cualquier situación que no pudiese prever; sin embargo, hay un albacea que, en cualquier caso, definirá lo mejor que se pueda con estas notas, con todas aquellas extensas o cortas notas que alberga la memoria de medio tera, con los documentos que yacen donde el notario, con los bienes. Lo único que queda después de la partida. Y eso mismo, eso que ocupa un espacio, un lugar y que nadie quiere cargar con la responsabilidad de dividirlo para los demás. Lo que queda, de verdad, no ocupa mucho espacio y en serio que no hay que romperse la cabeza con vanas preguntas y divergencias estrambóticas para su reparto.

Como dijo Kafka en su momento, todo deberás quemarlo, nada debe sobrevivir después de mi partida; lo he parafraseado, nada tengo yo que llegue al nivel de Juan Pablo en cuestiones de reproducir un texto fielmente.

Juan Carlos.




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