16/9/08

EN LA CIUDAD DE PLÁSTICO

Dos días antes de salir para Valencia, me preguntó si quería visitar su casa, acepté. Llegamos después de un viaje de una hora aproximadamente con el autobús que recorría las afueras de Murcia. Lo que vi cuando bajamos me dejó sin palabras; además, yo no hablo mucho. Llegamos a una ciudad de plástico; aquí y allá se levantaban construcciones —si se puede nominarlas de esa manera— de colores, amarillas, negras, azules, verdes. Plástico, metal en las más adosadas, madera, y un sinfín de materiales reciclables. Pensé qué tan bueno era eso de reciclable. Niños y mujeres andaban por ahí, no se veía basura —más de la que veía constituida en hogares— pero sí en cada entrada, que era franqueada por un cartón la mayoría de las veces, sartas de botellas PET de todas las marcas y de todos los tamaños.

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