16/9/08

UNA FRASE A MEDIANOCHE

El caminante posee un sentido más fino que la vista para sentir sobre la piel gastada de sus manos la calidez de tu rostro, el perfume de tus cabellos, la pasión de tu boca, la frescura de tu sonrisa, la redondez de tus senos, el poder de tu cadera, la humedad de tu centro, la tensión de tus piernas, la fragilidad de tus pies. Así, con las manos te ve él, con las manos estiradas y vacías se queda cuando te alejas en la noche. Ya no hay consuelo porque con las cuencas vacías no puede seguirte...

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