16/9/08

XIV

Sale un tal Cristóbal Colón de Puerto de Palos, España (en realidad se llamaba Cristoforo Colombo y era mercader en busca de guita y buenas conexiones para importar artículos suntuarios desde las Indias; es decir, hacer buena pasta y pasarla de lujo) buscando una ruta comercial más corta que uniera Asia y Europa. El becado italiano por una organización gubernamental española (posiblemente era una ONG o tenía una beca Erasmus) llega a las islas del Caribe y descubre un mundo, el cual, no le guarda ningún recuerdo ya que se dejó afanar los derechos de autor de sus investigaciones por otro colega itálico, apodado el Tano Vespuccio. Publicó aquel su tesis la cual lo ha hecho casi inmortal. Luego vendrían los demás parceros de los dos primeros, vendrían más y de otros lugares. Obviando los tomos numerosos de muchos historiadores, pregunto: ¿es suficiente la llegada de algunillos, llamados latinos por esa correspondencia de Lazio–latino–Latinidad –Mare Nostrum–Latinoamérica, para sentirnos parte de ese legado cultural, genético, histórico? No lo sé.

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